Con información de ArroNews
Hablar de béisbol en Jiménez es hablar de Don Rito Cabrera, una figura emblemática cuya pasión y apoyo fueron cruciales para el desarrollo del deporte rey en la región. Don Rito no solo fue un patrocinador; fue un pilar de entusiasmo y amor por el béisbol que, junto a su familia, ayudó a forjar un legado duradero en la Octava Zona.
Los Primeros Días del Béisbol en Jiménez
Corría el año 1978 cuando Jiménez se convirtió en una zona independiente dentro del panorama del béisbol regional. Fue un momento significativo, marcado por la organización del primer torneo Regional de esta nueva zona. En este contexto, la Frutería Hermanos Cabrera, liderada por Don Rito, emergió como uno de los principales apoyadores del evento. Su compromiso no solo fue una muestra de apoyo financiero, sino también una declaración de fe en el potencial del béisbol para unir y elevar a la comunidad.
Un Hombre y su Legado
Don Rito Cabrera siempre se caracterizó por su entusiasmo y positividad, no solo en los negocios, sino en cada juego y cada temporada que vivieron los Rojos de Jiménez. Su presencia en el estadio y su apoyo incondicional fueron una constante que todos en la ciudad llegaron a reconocer y respetar. El legado de Don Rito trasciende el ámbito deportivo; es un ejemplo de cómo un individuo apasionado puede influir y mejorar una comunidad entera.
Reconocimiento a su Figura
Hoy, más que nunca, es vital reconocer la influencia de personas como Don Rito Cabrera en el béisbol de Jiménez. Su amor por el deporte y su compromiso con los Rojos dejaron una huella imborrable que merece ser recordada y celebrada. A través de su apoyo, Don Rito no solo contribuyó al crecimiento del béisbol sino que también fomentó valores de comunidad y cooperación, elementos que siguen siendo esenciales para el tejido social de Jiménez.
Don Rito Cabrera fue más que un patrocinador; fue un visionario que comprendió el poder del deporte para unir a las personas y crear un sentido de identidad y orgullo local. Su legado perdurará en cada juego, en cada joven que pisa el 21 de Marzo en Jiménez, y en cada historia que se cuenta sobre los primeros días del deporte en la ciudad. Es un recordatorio de que el verdadero impacto de apoyar al deporte va más allá de los resultados en el campo; se trata de construir comunidad y enriquecer vidas.
