Volvió la afición al “Caníbal Park” en el momento más crucial

Jiménez, Chih. — La noche del viernes, el Estadio 21 de Marzo volvió a rugir como en sus mejores tiempos. La casa de los Rojos, apodada hace años como el “Caníbal Park” por un locutor de Ciudad Juárez, recibió con los brazos abiertos a una afición leal, apasionada y hambrienta de beisbol. Volvió la aficionada, la buena, la que grita cada pitcheo y no se sienta hasta que cae el out 27.

En la hora más difícil del equipo, cuando la serie contra Indios se encontraba empatada y el margen de error era mínimo, la afición llenó las gradas y respondió al llamado como en aquellos tiempos donde el estadio pesaba. Desde el primer inning, el empuje desde la tribuna fue un factor: gritos, tambores y ese murmullo constante que presiona al rival y arropa a los nuestros.

Y aunque la victoria se les escapó en los innings finales, la entrega de la gente nunca bajó el tono. Se vivieron emociones fuertes, se peleó cada jugada y el equipo respondió con garra. En las tribunas, rostros de todas las edades vibraban con cada batazo, y entre entradas se respiraba el mismo mensaje: “¡Sí se puede!”.

El mérito no es menor. La señora Minerva López, presidenta del club, ha luchado incansablemente por recuperar a la afición, con campañas, promociones y, sobre todo, con un equipo competitivo. Esa lucha dio frutos anoche: el estadio volvió a ser un infierno para el rival, y un abrazo para los Rojos.

Hoy, el equipo necesita más que nunca ese respaldo. Queda un juego clave en casa, y si la tribuna vuelve a empujar con esa fuerza, no hay duda que la serie puede alargarse y volver a Juárez para un quinto y definitivo encuentro. Porque en Jiménez, la afición nunca abandona… Por que una vez Rojo, Siempre Rojo.

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