Jiménez con la brújula afinada: la presión ahora es para Cuauhtémoc

A media temporada, los Rojos de Jiménez comienzan a encontrar su mejor versión. Después de un inicio irregular, el equipo ha mostrado señales claras de crecimiento, especialmente en el departamento de picheo, donde las actuaciones de José Medina, Rodolfo Navarro y Julián Reyes han devuelto la estabilidad a una rotación que parecía extraviada.

Este repunte no es casualidad: llega en el mejor momento posible, justo antes de una serie crucial ante los Manzaneros de Cuauhtémoc, un rival directo que enfrenta más dudas que certezas.

Un picheo que empieza a carburar

Jiménez ha sido uno de los equipos con mayor rotación de lanzadores en el torneo, pero en las últimas dos series se ha consolidado una base: Julián Reyes ha trabajado 14.2 entradas con 14 ponches y una efectividad de 7.98, que si bien es alta, refleja también su capacidad para soportar el juego largo. José Medina, por su parte, ha lucido con una efectividad de 1.29 en 7 innings, mostrando control y temple como abridor joven. Navarro, con 13 entradas y 14 ponches, también ha respondido en salidas de calidad.

A pesar de que el promedio de carreras limpias del equipo (7.73) aún es elevado, hay una tendencia positiva en cuanto a control y profundidad. Por momentos, el bullpen ha sostenido juegos importantes, y lo más relevante: se ha dejado atrás la fragilidad mental que afectó al equipo en la jornada inaugural.

Fortaleza emocional y respaldo local

Jiménez ha ganado confianza con el paso de las semanas. El equipo no solo responde en el campo, también en el 21 de Marzo se ha creado una atmósfera positiva. El apoyo de la afición, que se hizo sentir con fuerza en la jornada ante Faraones, ha jugado un papel clave para revitalizar al plantel. Incluso jugadores como Valentín Hernández (.462 AVG) y José Valdés (.400 AVG, 14 RBI) han hablado del respaldo emocional que representa jugar en casa.

Ese contraste es notorio frente a Cuauhtémoc. Mientras en Jiménez crece la identidad, en la manzana la presión va en aumento. El equipo de Armando Güereca no encuentra rumbo, la afición comienza a mostrar frustración y la crítica arrecia. La derrota en casa ante Parral, además del bajo rendimiento de su rotación, ha encendido las alarmas.

La presión cambió de bando

Hasta hace unos años, Jiménez era el que debía probar que podía competir. Hoy es Cuauhtémoc quien llega con la obligación de dar resultados inmediatos. En la Jornada 5, los Rojos no solo juegan por puntos: juegan con la serenidad del que se está encontrando, contra un rival que se está perdiendo.

Y esa diferencia puede ser definitiva.

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