El playoff invisible: por qué ganarle a Cuauhtémoc vale doble

En el Campeonato Estatal, hay partidos que valen más allá de las nueve entradas. No otorgan un trofeo, pero definen destinos. Tal es el caso del duelo entre Rojos de Jiménez y Manzaneros de Cuauhtémoc, una serie que, sin anunciarlo, carga con la tensión de una antesala de playoffs.

Una hegemonía que incomoda

Desde 2019, Jiménez ha logrado inclinar la balanza a su favor en la mayoría de sus enfrentamientos ante Cuauhtémoc, incluyendo barridas clave como la de los cuartos de final 2024. En las últimas cinco series disputadas, los Rojos han ganado cuatro, consolidando una superioridad que ya no parece casualidad sino tendencia.

Más que una racha, es una narrativa: el equipo antes señalado como “sorpresa” ha dejado de serlo para convertirse en verdugo constante de los Manzaneros. Esta hegemonía pesa, especialmente en una temporada como la 2025 donde ambos conjuntos pelean en la parte media de la tabla por uno de los últimos boletos a postemporada.

El momento actual

Jiménez llega con mejor promedio colectivo de bateo (.309) que Cuauhtémoc (.266) y ha conectado 13 cuadrangulares por 10 de los Manzaneros, además de producir más carreras (60 vs. 66, pero en menor cantidad de hits). La ofensiva escarlata tiene a uno de los bateadores más calientes del torneo: Valentín Hernández, líder del equipo con .462 de promedio, 24 hits, 8 dobles y un OPS de 1.145.

Lo respaldan José Valdés (.400 AVG, 14 impulsadas) y Edgar Salazar, quien con .300 de promedio y 2 HR se ha ganado su lugar como titular. A este núcleo se suma Miguel Torres, quien ha mostrado poder con 2 cuadrangulares en 21 turnos.

Por parte de Cuauhtémoc, Raudel Meraz sostiene la ofensiva con un extraordinario OPS de 1.333, 4 jonrones y 18 producidas, siendo el jugador más productivo del equipo. También destaca José Villa con 4 HR y 15 anotadas, aunque el resto del lineup presenta rendimientos irregulares o a la baja, incluyendo a elementos clave como Abihud Ruiz (.185 AVG) o Daniel García (.154 AVG).

Picheo en crisis

Ambas novenas enfrentan problemas desde el montículo. Rojos registra una ERA colectiva de 7.73, mientras que Manzaneros marca 6.38, con WHIP similares (1.88 y 1.92, respectivamente). Sin embargo, la diferencia radica en la solidez en momentos clave: Jiménez ha cerrado juegos con menor número de boletos (54 vs. 61), y aunque su rotación ha sido inconsistente, ha encontrado rendimientos aceptables en relevos como Jair Jiménez (4.50 ERA) y José Medina (1.29 ERA en 7 IP).

Cuauhtémoc, por su parte, ha sufrido especialmente con Guadalupe Chávez (7.61 ERA en 23.2 IP) y Andrés Ledezma (13.50 ERA), además de una rotación que permite demasiados imparables (137 en 103 innings).

El valor estratégico del triunfo

Vencer a Cuauhtémoc no solo significaría sumar en el standing: representaría eliminar virtualmente a un rival directo por clasificación. Ambos equipos comparten una zona media donde cada serie cuenta como desempate técnico futuro. Si Jiménez gana dos de tres, consolidaría su dominio reciente y pondría a los Manzaneros en una situación límite para las últimas jornadas del Estatal.

Más aún, ganarle a un equipo históricamente fuerte como Cuauhtémoc envía un mensaje al resto de la liga: Jiménez ya no es una sorpresa ni un proyecto en crecimiento. Es un equipo competitivo, con figuras consolidadas y un lineup cada vez más peligroso.

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